La expresión del trabajo en las sociedades de clases antagónicas en la contraposición de la ciudad y el campo, así como la contraposición del trabajo intelectual y el manual. Esto tuvo enorme importancia para el progreso de la sociedad, y al mismo tiempo consecuencias funestas. Pocas personas pueden componer poesías, música, dedicarse a la filosofía o a la ciencia cuando muchas otras trabajan intensamente. La división del trabajo hace que no sólo los individuos aislados sino también clases enteras desarrollen unilateral y limitadamente sus fuerzas físicas y espirituales. Esta división ha originado lo que Marx llamo “idiotismo profesional”. Las ciudades surgidas se convirtieron en centros de la civilización. Pero su auge se debió a que se alimentaron con inmensas riquezas obtenidas como resultado de una feroz explotación de la mayor parte de la población que vivía en el campo. Bajo el capitalismo esto continúa hasta nuestros días.
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